Hace mucho tiempo se escribió una leyenda en la Europa medieval, en ella se cuenta que un Rey que abusaba de su poder, y agredía a quien se le pusiera en su camino, un día ofendió a una mujer muy vieja que resultó ser una bruja muy poderosa, se dice que la bruja lo maldijo con un conjuro, pero antes de hacer su hechizo le dio una última oportunidad, le dijo: quiero que te arrodilles y que pidas perdón ante Dios por las ofensas que has cometido contra tu propia gente y él contesto: ¡Nunca me arrodillaré ante nadie!. La bruja lo condenó a vivir muchos años hasta su muerte, a cargar una alforja en la espalda recogiendo las cosas que encontrara en el camino y poniéndolas en su bolsa, hasta que tarde o temprano él hombre se arrodille de cansancio. Esto le contaba un aldeano a su amiga: así es María, ahora ese hombre que ves caminando por ahí, solo se dice que antes era un gran Rey de todo este territorio. María se enterneció por la historia que contaba del viejo otrora Rey, y un buen día se