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Mostrando entradas de septiembre, 2008

El liderazgo de una niña

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Cuando pensamos en el líder, lo imaginamos fuerte, siempre seguro de sí mismo, con gran elocuencia; versátil, siempre emprendedor, en resumen un “super humano“ ¿Quién de nosotros puede comportarse así…. siempre?. Considero que las situaciones más críticas sacan el liderazgo que cada uno tiene, esa fuerza que te hace ser diferente a los demás, único en su actuar, creo que para que ello se dé no importa qué edad tienes: “hace casi 10 años atrás en la selva de nuestro Perú una niña vivía en casa de sus padres, dentro de lo necesario, con lo que tenía alrededor, podía vivir feliz, hasta que llegó la violencia de sendero luminoso. Esa tarde fueron todos sacados a la plaza pública, y bajo la farsa del juicio popular querían asesinar a muchas personas de la comunidad, entre ellas, el padre de la niña. Todos miraban las escenas que se vivían en el pueblo, todos sentían la angustia de los acusados, se sentía la maldad que caminaba entre todos, la niña solo atino a correr hacia el “líder” de lo

QUIÉN SOY

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Una de las grandes preguntas a responder es saber ¿quién soy? y ¿para qué estoy?. Responder a estas cuestiones no sólo es tema de la filosofía o de las corrientes espirituales; por ejemplo el ámbito organizacional, interesado en descubrir talentos y capacidades necesarias para el óptimo desempeño laboral, también se preocupa por el entendimiento de estos asuntos. Entender quién soy, no es un trabajo fácil, implica insertarme en el camino de la auto-observación constante, así como de una sincera apertura a las observaciones del exterior (por ejemplo: qué opinan los demás de mí, cómo me perciben, etc), teniendo especial cuidado en no darle preferencia unilateral a ninguna de las dos, sino más bien encontrar un adecuado equilibrio entre ambas posiciones (lo que sé de mí y lo que los demás dicen saber de mí). Saber cómo me perciben los demás puede ayudarme a completar la información respecto a mi persona, para ello sólo es necesario preguntarlo o estar abierto a escuchar las opiniones exte

Qué te espera, Sebas

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Cuando tenía 14 años, y estaba por terminar el colegio, el teléfono celular recién se asomaba por estos lares, costaba alrededor de 2000 dólares cada uno; y en los distritos populares o conos no se veía a casi nadie tenerlo; estaba de moda la música Tekno y los adolescentes soñábamos con ponernos unas “zapatillas de marca”, las inolvidables Tropp; es más, hasta se relacionaba con tu valía personal, o sea el que no las tenía estaba en nada. Hoy las zapatillas de marca ya no es lo que distingue a los adolescentes. La valía, en estos días, me parece, está en el celular; a un 5 por ciento de lo que costaba en mi época. Hoy los chicos de 13, 14 y 15 años, de los colegios más mentados de Lima: Alfonso Ugarte, Fanning, Melitón Carbajal, Mercedes Cabello, Guadalupe, etc. se lucen con un teléfono. Y si no lo tienen están en nada, y si no lo tienen sueñan con él. Hoy que tienes 4 años, Sebastián, me pregunto cuál será la moda cuando tengas 13 ó 14; qué te hará sentir “menos que los demás, sino l