Mis amigos monstruos
Estaba en el tercer piso de uno de los pabellones del centro de educación superior donde enseño, desde hace algunos años, miro hacia abajo y veo a todos los jóvenes, caminando, sentados en el jardín, riendo, disfrutando de su juventud y me pregunto: ¿podrán hacer un cambio... ellos tendrán la voluntad para hacer un cambio? Deseo en el fondo de mi corazón que la respuesta sea un rotundo sí.