Motivación: El Rey y su alforja

La bruja lo condenó a vivir muchos años hasta su muerte, a cargar una alforja en la espalda recogiendo las cosas que encontrara en el camino y poniéndolas en su bolsa, hasta que tarde o temprano él hombre se arrodille de cansancio.
Esto le contaba un aldeano a su amiga: así es María, ahora ese hombre que ves caminando por ahí, solo se dice que antes era un gran Rey de todo este territorio. María se enterneció por la historia que contaba del viejo otrora Rey, y un buen día se le acerco y le dijo, ¿por qué no bajas tu alforja y dejas de cargar estas pesadas cosas que llevas en ella. El viejo le contestó: Estoy hechizado por una bruja, y le contó toda su historia, entonces, ella se acercó a él e intentó arrebatarle la alforja de la espalda, pero el viejo pegó un estruendoso grito y le dijo a la mujer, no hagas eso, de tanto años que cargo la alforja se ha pegado a mi piel. Y se alejo para seguir haciendo lo que el hechizo le mandaba.
Un buen día María se le acercó y le dijo, que te parece si te saco las piedras y cosas pesada que llevas en la alforja y recoges otras cosas que encuentres en los caminos de la aldea. No entiendo contesto el viejo. ¿Qué recogeré entonces?. La chica le mostró una tela con muchos pétalos de flores, y le dijo al viejo: desde ahora en adelante recogerás esto y tiro todos los pétalos al viento. El viejo para poder recoger los pétalos que muchas veces eran pequeños, era necesario que se arrodillase, entonces le dijo a María, pero tu quieres que me arrodille, Maria le contesto, no crees que es más fácil cargar pétalos de flores que las piedras y cosas pesadas que cargabas antes. María terminó diciendo: “Hay veces que es necesario arrodillarse y recoger pétalos de flores para poder aligerar la carga que llevas en la espalda”.
Por. Angel Crovetto
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