La presión social



Una joven llegaba raudamente a buscar a su profesor, para hacerle una consulta. Era un momento de descanso y todos estaban en el patio del Instituto, docentes, estudiantes y algunos administrativos, era un día agradable, clima cálido. Ella llegó con unos papeles en la mano, identificó a su profesor a unos metros de su ubicación, eran una joven buenamoza, uniformada impecablemente, de caminar franco y seguro, se fue acercando a su profesor con un gesto de urgencia, al parecer para preguntarle algo sobre los papeles que llevaba en la mano y de repente, rápido, sin pensarlo mucho, casi sin darnos cuenta, ella estaba en el suelo, se había resbalado y estaba sentada en el suelo con toda la melena de su cabeza tapando su rostro. A todos nos sorprendió la situación, algunos reían, otros se preocuparon, unos cuantos reaccionaron con rapidez y se acercaron a ayudar. Cuando la joven se levantó estaba sonriendo, simplemente riendo… se limpió la ropa, agradeció la ayuda y terminó diciendo: “Hay que torpe he sido, bueno ni modo…” se arreglo el cabello y ya, con la misma sonrisa  terminó de acercase al profesor y le dijo: “quería hablar con Usted… “ y continuó conversando con el profesor, con total naturalidad y normalidad.
 ¿Qué permite que una joven se exponga sin quererlo a tal situación y no sienta vergüenza?, ¿cómo logra manejar el “ridículo” y no sentirse mal?. ¿Cómo logró el auto-control necesario para enfrentar sus posibles miedos a la burla? 

La “presión social” se define como el conjunto de factores interrelacionados que exigen que las personas cumplan ciertos estándares sociales impuestos por el grupo social al cual se pertenece. La joven en cuestión aprendió a lidiar con la presión social de la que pudo salir airosa, asumió una conducta segura a partir del reconocimiento del error que cometió “Hay que torpe he sido…” e inmediatamente después supo plantear una conducta firme, toda su comunicación verbal y no verbal demostraba seguridad. 

Finalmente, ahora pregúntate si alguna vez has hecho algo que puede ser considerado torpe, y por último recuerda como reaccionaste. Espero que tu memoria no te juegue una mala pasada. 

Lic. Angel Crovetto.

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