La sociedad plural
La apariencia de una persona en una sociedad de imágenes influye sobre
manera en la definición que se tenga de ella, hasta algunas veces, llega a
determinar la manera de tratarla. Asimismo el apellido, la procedencia, los hábitos
de consumo, los modismos comunicacionales, las actividades y aficiones, hasta
los deportes que practican, pasando por la música
que escuchas, pueden describir el perfil sociocultural de una persona.
Preguntemos cuánto de los aspectos que hemos descrito lÃneas arriba son
heredados fisiológicamente. Tal vez solo algunos pocos no se pueden modificar, sin
embargo el enfoque naturalista que impregna nuestra manera de ver aquellos
factores que en realidad no son naturales, sino más bien son creados por una
cultura simplemente diferente, es considerado como el determinismo de algo que
organiza a la sociedad.
Analicemos el siguiente cuadro:
Factores
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Perfil A
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Perfil B
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Apariencia fÃsica
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Piel oscura, cabello oscuro
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Piel clara, cabello rubio
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Apellido
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Condori
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Benavides
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Procedencia
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Cañete
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Lima
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Hábitos de consumo
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Comida criolla
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Comida gourmet
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Modismos comunicacionales
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¡Habla varón!
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¡O sea!
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Actividades y aficiones
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Jugar pelota
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Correr olas
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Práctica de deportes
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Futbol
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Tabla
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¿Puedes
ubicar a alguien que conoces en alguno de estos dos perfiles?
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Independientemente de nuestra opinión moral de este ejemplo de clasificación,
sociológicamente las reglas de la sociedad de la apariencia aún mantiene la hegemonÃa
de estas normas sociales.
¿Qué podemos hacer para ir modificando estos arquetipos de modelos
mentales que aún pueden clasificarnos de esta manera? Con esto no estoy
afirmando que realmente toda la sociedad actual se divida en estos gustos y/o
preferencias, sino más bien es una simple constatación que aún una parte de nuestra
sociedad aun funciona con estos esquemas mentales.
Lo que si podemos afirmar, es que el problema no radica en la clasificación
misma, sino más bien en la valoración que le asignamos a cada factor, si esa
valoración tiene una connotación que ordenarÃa la sociedad en buenos y malos,
cultos e incultos, con poder y sin poder, es ahà donde podrÃa estar apareciendo
el problema de exclusión.
El problema no son las diferencias horizontales, sino que éstas se
conviertan en diferencias verticales. En el mundo de la pluralidad, la
diferencia es la riqueza de una sociedad y la pluralidad no tolera la estigmatización
por tener en particular, alguno de estos factores antes descritos. La
pluralidad solo busca reconocimiento de la diferencia del otro. Este es el
principio de la pluralidad.
Ahora bien, volviendo a la pregunta del cuadro, si tu respuesta fue Si,
y muy en lo profundo consideras que hay una diferencia vertical, pues tal vez
aun no eres parte de la sociedad plural que necesitamos.
Lic. Angel Crovetto
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